domingo, 24 de febrero de 2013

MUERTE SIN RESURRECCIÓN (Roberto Martínez Guzmán)


TÍTULO: Muerte sin resurrección
AUTOR: Roberto Martínez Guzmán
EDITORIAL: Kindle (formato digital)
+ INFO: El éxito de ventas en formato digital ha llevado a que el autor realice una auto-edición en formato papel.




  ¿Qué puede mover por dentro a una joven y bella mujer a planificar siete asesinatos? Esa es la pregunta que tenemos que resolver al leer esta novela negra, puesto que prácticamente desde el principio sabemos quien es la asesina, Enma. 

     La historia comienza un Domingo de Ramos en una iglesia de Vigo; allí, la primera de nuestras protagonistas, puesto que la historia cuenta con una segunda mujer, la inspectora Eva Santiago, para este papel, entra muy resuelta, se acerca al confesionario y en secreto de confesión le hace partícipe a un joven sacerdote de cuáles son sus intenciones, citándose con él para justo una semana después. Será a partir de este momento cuando Enma comience una macabra secuencia de asesinatos, uno cada día, durante la Semana Santa. Una pelota de golf junto a las víctimas será la señal con la que nuestra asesina determine que es ella quien ha cometido el asesinato y lo que hará, una vez que se repita por primera vez, a la inspectora Santiago y su compañero Antón, saber que se trata de un asesino en serie.

     Quiénes son los asesinados, cómo se les va a ejecutar, por qué son asesinados, les une algo, conseguirá la inspectora Santiago detener a la asesina, deberían ser las preguntas que nos tendríamos que hacer para seguir leyendo esta novela de fácil lectura, de ritmo rápido (gracias en parte a los muchos diálogos), y de gran intriga, que hará que no puedas dejar de leer o de desear que llegue el momento de reemprender la lectura, sin embargo, habréis visto que he dicho deberían ser y no que serán, y es que en ocasiones, no siempre, afortunadamente, algunas de estas cuestiones son muy previsibles desde el principio de cada "asesinato". Sin embargo, como digo, también habrá crímenes más sorprendentes y bastante crueles. Este es uno de los peros que tengo que poner a esta novela, el otro gran pero es lo poco creíble que resulta la víctima del sexto asesinato, de alguna manera una de las más importantes, y es que aunque la estupidez abunda por el mundo, ¿tanto, tanto...?.

     Hay otro aspecto que me gustaría resaltar de esta novela, aunque no es algo de la novela en sí, y es que el autor propuso hace unos meses una lectura conjunta y por tanto comentada para blogueros. Muchos de los que participaron, probablemente todos, no lo sé, hicieron en sus bitácoras su propia reseña, por lo que estas abundan en la red. El que esto escribe ha leído algunas, sobre todo para tratar de ser diferente y en parte para recordar algunos aspectos, puesto que el libro lo leí hace un par de meses o tres. Yo no participé en esa lectura, aunque me habría gustado, porque entonces no había puesto en marcha este blog. Al leer algunos de estos post he sabido otra cosa que me ha parecido muy bien e interesante de comentar, y es que, ante el éxito que ha tenido la novela en su versión digital, se ha procedido a publicarla en formato papel y el autor ha querido que una, al parecer, importante bloguera (Natalia Navarro de "Arte Literario") que había participado en aquella lectura conjunta escribiese un prólogo para la misma. 

     En definitiva, y ya para concluir, una novela interesante, aunque no redonda, como se suele decir, pero que muestra el potencial que tiene Roberto Martínez Guzmán, al que habrá que empezar a tener en cuenta a partir de ahora.

miércoles, 20 de febrero de 2013

TRAS EL MURO



El micro-relato que hoy os presento lo escribí hace algo menos de dos años y con él participé en el concurso "Donde lees tú", organizado por el Centro de Desarrollo Sociocultural de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez. Semana a semana se nos proponía una fotografía de Eduardo Margareto, expuestas en el zaguán del centro y la única norma era que el texto no superase 150 palabras y que el relato estuviese relacionado con la lectura. Próximamente publicaré nuevos relatos con los que participé en este concurso.     




   Aquel muro siempre fue mi lugar predilecto. Ese lugar me inspiraba paz, tranquilidad y otras muchas sensaciones. Todavía me veo, sentado sobre la hierba, apoyada mi espalda sobre las piedras, viendo la hermosura de las amapolas rojas, rojas como sus labios, mi brazo derecho sobre sus hombros y el izquierdo sujetando cualquiera de aquellos libros con tan bellos poemas, con tan esclarecedoras descripciones acerca de lo que era el amor, la pasión, la lujuria. Ilustraciones que invitaban a la locura. Cuantas fueron las que allí, embelesadas, sintieron por vez primera lo que era un beso, cuantas fueron las que sintieron estremecerse al sentir mis manos penetrando en sus ropajes hasta palpar su cándido cuerpo. Aquellas palabras que les hacían sentir pudor, vergüenza incluso, pero sobre todo un gratísimo recuerdo cuando solas, en sus celdas, esperaban que la madre superiora les levantase el castigo.


miércoles, 13 de febrero de 2013

INVESTIGACIÓN ENTRE PAÑALES

    
     Hacer limpieza suele causar mucha pereza, sin embargo, además de necesario de vez en cuando a veces es productivo, y este es el caso de este post, no de lo escrito sino de porqué lo presento ahora, y es que hace poco he tenido que hacer limpieza en el ordenador para formatearlo y me he encontrado con este relato que ni estaba donde tenía que estar ni me acordaba haberlo escrito, por lo que me ha parecido muy oportuno compartirlo. El cuento trata el tema de las adopciones ilegales y supongo que lo hice cuando se empezó a hablar de este asunto hace unos años, no ahora. No obstante, y aunque no se cite nada parecido lo he querido ilustrar con una foto de Sor María (la monja robaniños que diría el pescadero de "La que se avecina").


     Como cada mañana a primera hora entraron todos a la sala de reuniones donde el redactor jefe les esperaba con impaciencia. Tras el alboroto inicial, los saludos correspondientes con los compañeros, llegó el silencio. Era el momento de comentar como iban los diferentes trabajos y de la asignación de los nuevos. Angélica tenía buenas sensaciones para ese día. Era ya su cuarto año en la revista, los tres primeros como becaria con un sueldo de mierda, como no podía ser menos, pero ahora, por encima de lo económico, cuyas condiciones habían mejorado aunque no lo suficiente, estaba cosechando importantes éxitos profesionales a la par que recibiendo las felicitaciones de sus superiores. Sus buenas sensaciones se vieron ratificadas cuando le fue asignado uno de los trabajos estrella del momento, conseguir un reportaje de 4 páginas abordando el tema de las presuntas adopciones ilegales y robos de bebes en los hospitales. Solamente había un pero, el trabajo lo tenía que desarrollar junto con Miguel, uno de los compañeros que peor le caían en la redacción.

     Tuvieron que hacer de tripas corazón para comenzar a trabajar juntos, y eso que ambos sabían que cuando ella llegó al equipo ambos se habían interesado mutuamente. Habían tenido “feelling” como dicen  ahora. Sin embargo la prepotencia de Miguel había acabado con su paciencia. El caso es que sin mucha pasión comenzaron a exponer cuales podían ser los puntos a tratar en el reportaje, entrevistas con gente que habían encontrado a sus verdaderos padres, entrevistas con aquellos otros que los estaban buscando después de haber reconocido los adoptivos que efectivamente ellos no eran los naturales, también entrevistas con aquellas personas que solamente tenían sospechas. Otro aspecto de la investigación tendría que ir hacia los hospitales implicados, médicos, enfermeras, etc. Los registros, tanto de los hospitales como institucionales no podían dejar de investigarse y así un largo etcétera de posibilidades. Miguel se estaba encargando más del rastreo de registros y entrevistas con responsables, mientras que Angélica seguía el rastro a aquellos bebes ahora treintañeros.

     Pasaron dos semanas, dos semanas en las que Angélica y Miguel compartieron muchas horas del día, más de las que ninguno de los dos pensaban que podrían haberse soportado y resulta que la cosa no había sido para tanto, que ni Miguel le parecía ahora tan prepotente a Angélica, ni Angélica le parecía tan desorganizada a Miguel. Llegó el momento en que incluso pasaron las 24 horas del día juntos, eso sí, a la hora de dormir, las pocas horas que podían hacerlo, cada uno por su lado, al menos la primera vez…

     En aquellas ya tres semanas que habían compartido, ambos habían hablado mucho de ellos y de sus familias. Angélica pudo saber de los temores que Miguel había mostrado por ciertas diferencias que encontraba con sus padres y hermanos, por lo que Angélica le espetó que el caso se le estaba metiendo demasiado en la cabeza y que estaba viendo fantasmas donde no los había. Siguieron pasando los días y su relación se empezaba a consolidar, sin embargo, Miguel estaba cada vez más raro y apático, hasta el punto en que un día harto con ese trabajo se negó a continuarlo. El cabreo de Angélica fue terrible, no lo podía comprender, habían formado un equipo y no le podía dejar sola. Trató de convencerle, de hacerle ver que sus insinuaciones no eran más que conjeturas sin apenas evidencias. De nada sirvió, no le hizo cambiar de opinión, por lo que instada por el redactor jefe de la revista siguió ella sola con el tema. Trabajó con la documentación de Miguel, un gran trabajo pensó, que le facilitó mucho el primer borrador del reportaje. Sin embargo había algo que no le cuadraba en la documentación, faltaba algo. Una noche Angélica se atrevió a preguntarle por la documentación que ella pensaba que faltaba, recibiendo una respuesta negativa por parte del que ya se había convertido en su amante. No obstante ella, intrépida periodista, no se rindió y buscó en todos los rincones de la casa, incluido también los de su ordenador personal. Por fin encontró lo que estaba buscando y entonces comprendió porqué Miguel había querido dejar el reportaje. Había toda una serie de documentos que demostraban su adopción ilegal. Angélica no pudo por menos que echarse a llorar. Sentía que era muy duro no poder saber quienes eran los verdaderos padres de uno. Sentía que había estado engañada toda su vida.


miércoles, 6 de febrero de 2013

EL ABUELO QUE SALTÓ POR LA VENTANA Y SE LARGÓ (Jonas Jonasson)


TÍTULO: El abuelo que saltó por la ventana y se largó
AUTOR: Jonas Jonasson
EDITORIAL: Salamandra
1ª EDICIÓN: 2009; en España, 2012
+ INFO: Superventas, > 2 millones de ejemplares vendidos.



     Sí, ya sé que a estas alturas hablar de esta novela de la que todo el mundo habla puede resultar un poco rídículo, pero como siempre hay algún despistado o algún indeciso, finalmente lo voy a hacer, para tratar de convencerles de que su lectura es altamente recomendable (hay otra razón para escribir este post: me da la gana).

     Esta es una novela de humor, una novela llena de ironía, pero a la vez también cargada de crítica social y política, no en vano asistiremos a una rápida y distendida visión de la historia del siglo XX y es que el bueno de Allan Karlsson, sin comerlo ni beberlo (bueno, esto último no, porque nuestro protagonista es bastante borrachuzo), acaba viviendo en primera persona alguno de los acontecimientos más importantes del pasado siglo como la Guerra Civil Española, la creación de la bomba atómica, la Guerra Civil China, el Mayo Francés del 68, etc. conociendo a personalidades como Franco, Stalin, Mao, Kim Jong il o los presidentes norteamericanos Truman y Johnson entre otros.

     Esta situación hará que no puedas por menos que acordarte de la famosa película "Forrest Gump". Veremos dentro de poco si la adaptación cinematográfica que se va a hacer de esta novela alcanza el nivel de la peli de Tom Hanks.

     ¿Pero, cuál es la trama de la novela? Me remito a la contraportada del libro: "Momentos antes de que empiece la pomposa celebración de su centésimo cumpleaños, Allan Karlsson decide que nada de eso va con él. Vestido con su mejor traje y unas pantuflas, se encarama a una ventana y se fuga de la residencia de ancianos en la que vive, dejando plantados al alcalde y a la prensa local. Sin saber adónde ir, se encamina a la estación de autobuses, el único sitio donde es posible pasar desapercibido. Allí, mientras espera la llegada del primer autobús, un joven le pide que vigile su maleta, con la mala fortuna de que el autobús llega antes de que el joven regrese y Allan, sin pensarlo dos veces, se sube con la maleta, ignorante de que en el interior de ésta se apilan, ¡santo cielo! millones de coronas de dudosa procedencia. Pero Allan Karlsson no es un abuelo fácil de amilanar [...]".

     Además, tal como apuntábamos, la historia se desarrolla en dos tiempos, uno, el intervalo de aproximadamente un mes desde el momento en que Allan se escapa de la residencia, comenzando su huída y la persecución del fiscal Ranelid y el comisario Aronsson y de la banda de malvados Never Mind, "dueños" de la maleta, donde vivirá mil y una situaciones curiosas con los otros personajes secundarios de la novela: el viejo ladrón Julius Jonsson, los hermanos Benny y Bosse Ljumberg, la pelirroja Gunilla Björklund y sus mascotas, la elefanta Sonja y el pastor alemán Buster, etc. y otra, ese repaso histórico del siglo XX anteriormente comentado y que se va intercalando con la primera.

     Los golpes de humor son continuos, humor que viene de situaciones o comentarios un tanto absurdos o de crítica social como estos dos que aquí pongo respectivamente para que os hagáis una idea de lo que os encontraréis a lo largo de la novela (espero que esto se entienda como buena publicidad de la misma y no como un ataque al copyright):

     Se nos está narrando una huída en vagoneta en la que van Allan, Julius y un cadáver y ante el encuentro con un granjero:

     - Buenos días, -dijo Julius.
     - ¿Estupendo día, eh? -dijo Allan
     El muerto y el granjero no dijeron nada.
     [....]
     y ante un frenazo de la vagoneta en el que sale disparado el muerto dándose un golpe...

     - si las circunstancias fueran otras, le habría dolido -observó Allan.
     - Algunas ventajas tiene el estar fiambre -apuntó Julius.

     O este otro en el que se habla de las relaciones entre Reino Unido e Irán por el petróleo del país persa:

     El petróleo enriquecía tanto a Inglaterra como a Irán. Para ser sinceros, más a la primera que al segundo, pero era comprensible: al fin y al cabo, lo único que aportaba Irán al proyecto era la mano de obra barata. Bueno, y el petróleo, claro.

     Finalmente, y porque también hay que ser un poco crítico, decir que la novela de Jonasson en su última parte pierde frescura e incluso en algún momento puede resultar pesada, aunque no podemos por menos que perdonarle porque seguirá teniendo algún que otro punto y ¡que leches! que es su primera novela.



viernes, 1 de febrero de 2013

LÍNEAS NEGRAS (II parte)

  
   2ª parte del cuento presentado al I Certamen de Relato Corto "Enrique de Sena" de la Biblioteca Municipal de Santa Marta de Tormes (Salamanca), con el que resulté finalista y que fue publicado en 2009.   
  Puedes leer la primera parte desde este enlace:  http://elultimohabitantedetokland.blogspot.com.es/2013/01/lineas-negras-i-parte_23.html

     La partida transcurría por los mismos derroteros, brillantes jugadas por parte del joven “de color” y algún que otro fallo garrafal por parte de su inexperto contrincante. Pero, dime, ¿cómo llegaste a Granada? Me dijiste que eras de Malí, ¿verdad? Oumar asintió. Soy de una ciudad que se llama Djenné, en el borde meridional del Sahara. Es una ciudad pequeña, pero muy bonita. Es preciosa, ¿sabes? diferente, allí las casas son de barro. Tenemos hasta una especie de catedral también hecha de barro. Mi padre es constructor, maestro albañil que diríais aquí, bueno, en realidad lo han sido casi todos los hombres de mi familia desde hace muchas generaciones.

     - Sin embargo tú has escogido otro camino.

    - Sí, pero no fue nada fácil abandonar mi país, Joaquín, ¿ me dijiste que te llamabas Joaquín, verdad? A veces pienso que me gustaría estar allí, pero otras... allí la vida es muy difícil, aunque (riendo) no tan complicada como la de aquí. Parece una contradicción pero es así, sencilla en cuanto al modo de vida y difícil por las tremendas necesidades que tenemos o que nos quieren hacer tener. Bueno, pero vamos a lo que te estaba contando, yo llegué a España después de poder haber estudiado gracias a unos programas de las naciones unidas y de unas ONG´s en la capital de mi país, Bamako. Al principio mis padres no querían puesto que el poco dinero que yo ganaba como aprendiz de albañil y como pastor era necesario para la familia, pero cuando les ofrecieron un pequeño sueldo, por así decir, superior incluso a lo que yo podía ganar trabajando, por abandonar el curro como dicen aquí y poder estudiar, no pudieron rechazarlo. Total, que pude estudiar, formarme y conseguí una especie de beca para venir aquí a estudiar medicina.

     - O sea que tenemos un futuro médico, preguntó el futuro periodista.

     - No lo sé, ya veremos, no te creas que me está resultando nada fácil. Lo de la medicina fue una especie de compromiso y por tanto quiero terminarla aunque no estoy seguro de quererla ejercer. A mí lo que realmente me gusta es escribir, como a ti, y entre eso y el trabajo... Oumar atacó por fin a la bola negra que acabó sutilmente en una de las troneras del centro después de hacer un par de bandas. Creo que te he ganado, ¿te apetece la revancha mientras continuamos hablando? Me parece que no, dijo Joaquín, no tengo suficiente nivel para medirme contigo. Si no te importa seguimos hablando sentados en una mesa o allí en la barra. El malí asintió con la cabeza y dejando el taco encima del tapete verde se encaminó hacia la barra del cocodrilo negro.

     - Bueno, me estabas diciendo que te gustaba escribir, ¿has hecho algo interesante, algo que se pueda celebrar o simplemente es afición y tienes el cajón lleno de notas que se acabarán perdiendo o poniéndose amarillas?

     - Hay un poco de todo. Supongo que sabrás que es un mundo muy difícil, cada día más. Lo es en general, pero mucho más si eres extranjero y más concretamente negro.

     - Estoy de acuerdo con lo primero pero no tanto con lo segundo, dijo el periodista. Yo creo en la calidad de lo escrito y no en el color o nacionalidad del que lo escribe. No creo que existan unas líneas blancas o unas líneas negras.

     - No tienes ni puta idea de lo que hay por ahí. No sabes cuanta cantidad de cabrones hay que te juzgan únicamente por el color de tu piel, dijo Oumar sin apenas levantar la voz. Su cara ya lo decía todo. Además salen por todas partes, te los encuentras donde menos te esperas. Te voy a contar un caso personal y así ya te respondo a la primera pregunta. Entre las muchas notas que se pierden por los cajones como dices tú, hay unas cuantas que sirvieron para escribir una pequeña novela, pequeña de tamaño, pero muy grande para mí, aunque no pueda estar todo lo orgulloso que yo quisiera. La novela está publicada por una pequeña editorial. Se llama “Bajo el árbol de la esperanza”, pero no está firmada por Oumar Yonou. Está firmada por Laura M. Ganivet, mi novia. No sabes como ganó en calidad el borrador de la novela firmada y presentada por Laura con respecto al que presentó no mucho antes Oumar Yonou a pesar de ser completamente iguales. ¡Eran idénticos!.

     - ¿Me dices que tu novia te robó la novela y a ella se la publicaron?

     - No hombre, no, digo que el borrador que yo presenté se habrá perdido en algún cajón, que digo, no creo que le diese tiempo a perderse, seguro que fue a parar rápidamente a una papelera y el de mi novia, consentido por mí, resultó lo suficientemente interesante como para publicarse. Cada vez que me acuerdo de aquel tipo pelirrojo con coleta y de su falsa sonrisa...

     - ¿Por qué aceptaste que lo publicaran con seudónimo? dijo Joaquín. La barra del Cocodrilo Negro cada vez estaba más llena. Oumar Yonou saludó con la mano a una pareja que acababa de entrar en el bar sonriendo y hablando con el típico gracejo andaluz mientras apuraba de un trago su tercera Carlsberg. No es un seudónimo y lo hice o lo hicimos por dinero, por qué crees si no. La vida en España es muy cara, y mi beca y el dinero que gano como portero de discoteca no dan para mucho. Por cierto, hablando de la discoteca, creo que la entrevista tiene que terminar aquí. Comienzo en poco más de media hora y ha llegado el momento de ponerme el gabán de cuero. Ha sido un placer, espero que la próxima vez juegues un poco mejor. ¡Ah! por cierto, ¿cuándo sale publicado tu artículo?

     - En dos o tres días, espero, dijo el periodista. Bueno, si me lo publican, a lo mejor me sucede algo parecido y consideran que no debe salir. Oumar Yonou caminaba hacia la puerta mientras admiraba una vez más como tantas otras el famoso cuadro de los cocodrilos, no obstante antes de salir, giró la cabeza hacia atrás y miró desconcertado e incrédulo a su entrevistador.

    [...] Sin embargo durante todo este tiempo que estuve trabajando en la recopilación de información para este artículo me he encontrado absolutamente de todo, incluidos, como no, aquellos que van de víctima por la vida y que no saben aprovechar y agradecer las oportunidades que han tenido. Tal es el caso de un ciudadano malí, que responde a las iniciales de O. Y., el cual acusa a la población española y por ende la andaluza y granadina no sólo de racista sino de clasista, afirmando durante la entrevista que me concedió en un pub de esta ciudad que miramos a los inmigrantes en función de su vestido, aceptando a los que lo hacen al modo occidental y de forma decente y rechazando a quienes no lo hacen de igual modo. Este individuo, como digo de un país que casi nadie sabe donde está, se olvida de que si él está aquí, en nuestra ciudad, es gracias a nuestra generosidad. Se olvida de que en España y más concretamente en Granada es donde él está realizando una carrera universitaria, gracias a una beca especial que de algún modo vosotros estáis pagando, y es aquí donde también ha encontrado un trabajo que le permite llevar una vida que no podría nunca, por mucho que se queje, haber imaginado en su país. Además O. Y. me confesaba, denunciaba incluso, que era el autor de una obra literaria que pueden encontrar en el mercado firmada con otro nombre y que no fue publicada con el suyo por ser negro, por ser diferente, y yo me pregunto ¿ es que acaso, ustedes, inteligentes lectores del Gaceta Meridional, cuando compran un libro, cuando acuden a su biblioteca, acuden a la sección de libros escritos por blancos, por europeos, por españoles...?. Pues desde aquí yo le quiero contestar a O. Y. como ya le dije durante la entrevista, no, la gente elige buena literatura (o no tanto), pero no en función del color o lengua de quien lo escribe, y también le diría a O. Y., acaso no tienes tú un poco de culpa, tú y los que os juntáis por ejemplo en ese bar que habéis convertido prácticamente en un ghetto, haciéndonos sentir a los demás, y esto si es verdad, diferentes.    

     Un par de lágrimas corrían por las siempre rosadas mejillas de Laura, haciéndosele casi imposible mirar la cara de indignación de Oumar mientras este leía el artículo aparecido en el Gaceta Meridional del domingo. No obstante ella había sido quien le había pedido el favor de atender aquella entrevista y hoy se encontraba con ese artículo firmado por un tipejo del que ella una vez dijo que parecía noble y buena persona.