lunes, 5 de septiembre de 2016

LA CHICA DEL TREN (Paula Hawkins)


TÍTULO: La chica del tren
AUTORA: Paula Hawkins
EDITORIAL: Planeta
AÑO: 2015
+ INFO: Natural de la antigua Rhodesia del Sur, hoy Zimbabwe, Paula Hawkians ha alcanzado el éxito con esta novela, la primera que firma con su verdadero nombre, pues hasta ahora escribía novelas de corte romántico, nada que ver con el estilo de "La chica del tren", bajo el pseudónimo de Amy Silver. El éxito de la novela ha sido tal, que se vendieron 5 millones de ejemplares en el primer medio año desde su publicación y ya ha sido llevada al cine.


   
   Hoy traigo hasta mi blog la reseña de la novela de la que todo el mundo hablaba, que todo el mundo al parecer había leído, estaba leyendo o iba a leer... y sin embargo a mí no me ha parecido para tanto. No obstante, sin saber apenas nada de la novela, no pude por menos de recomendarla en la pasada feria del libro a una alumna que quería comprar un libro, eso sí, la dije no sé más que va de una chica que va todos los días a trabajar en tren y ve desde el vagón siempre a otra chica en una casa y a la que de repente un día deja de ver, comenzando a interesarse por su vida y su desaparición,  y lo que comentaba más arriba, que había sido un fenómeno editorial, lo que popularmente se llama un best-seller.

   "La chica del tren" es una novela coral, protagonizada por 5 personajes principales, destacando los tres femeninos, Rachel, Megan y Anna, siendo la primera de ellas la más protagonista de todas, la chica del tren. Además, serán importantes Tom y Scott. Rachel es una chica con gravísimos problemas de alcoholemia que está pasando desde ya una larga temporada por una mala racha. Cada día, como decía más arriba, coge el mismo tren para acudir al trabajo, un tren muy rutinario, de forma que siempre para en un mismo semáforo, momento en el que nuestra protagonista, ve desde la ventana a una chica, a la que ha puesto el nombre ficticio de Jess, en la casa de enfrente, apenas a unos números de la que ella ocupó con su ex-marido y gran amor, Tom, al que todavía no ha olvidado. Pero Tom, tiene una nueva pareja, Anna, muy incomodada por la constante presencia de Rachel en la vida de su marido. Un día Jess (que en realidad se llama Megan, y de la que Rachel ha comenzado a fantasear con su aparente estupenda vida con su pareja, Scott, Jason para ella) desaparece y Rachel no puede por menos que empezar a indagar sobre lo sucedido, aunque para nada como una detective, teniendo grandes problemas por su adicción al alcohol. Capítulo a capítulo vamos conociendo la vida de estos y otros personajes, unas veces desde su propio punto de vista y otra desde las personas que les rodean.

   La novela, que trata como decíamos aspectos sobre el alcoholismo, también lo hace sobre temas como la infidelidad, el aborto, el machismo, la desconfianza, los celos, etc., pero a mí me ha parecido una novela más, no encontrando nada especial que la haya hecho convertirse en ese fenómeno editorial. Cierto es que la intriga, el saber quién puede estar detrás de la desaparición de Megan y qué la ha ocurrido realmente (y aquí está probablemente lo mejor, todos o casi todos los personajes, los principales y otros secundarios de los que no he hablado, cada uno con sus miserias, pueden ser los culpables) hace que sigas leyendo, pero nada más. Entonces, ¿puede deberse a cómo está escrita? Pues no sé, pero incluso aquí tendría que decir que me ha resultado en ocasiones confusa, porque los capítulos, narrados siempre en primera persona por una de las féminas protagonistas, especialmente por Rachel y Megan, presentan una narración excesivamente similar hasta el punto que en ocasiones, si te despistas un poco, no sabes quién está hablando o lo que es peor, piensas que siempre es la misma persona. Creo que la caracterización de los personajes, fundamentalmente en lo referido a la voz, a ese modo muy particular de hablar que debe tener cada uno de ellos, de ellas en este caso, habría sido una buena opción que Paula Hawkins no ha tenido muy en cuenta y que me da que en su adaptación al cine, gracias al poder de las imágenes, se solucionará muy favorablemente. Creo que me gustará verla, esperando comprobar si de esa manera, podemos calificarla como he leído en algún sitio, como una historia muy de Hitchcock.


   No me gustaría terminar, y ya sin tener que ver verdaderamente este último comentario con la novela, sin agradecer e indicar, que la he leído en formato digital gracias a una plataforma de préstamo de libros de las bibliotecas públicas, en mi caso de Castilla y León, llamado eBiblio, con un extenso y magnífico catálogo. Una gran forma de fomentar la lectura y la cultura en si.