TÍTULO: Muertes de sobremesa
AUTOR: David Jiménez Martínez "el Tito"
AÑO: 2015
EDITORIAL: Acen
+ INFO: Primera novela del autor, natural de Cartagena (Murcia), que ya prepara una segunda obra con el mismo protagonista. Además de dedicarse, de momento vocacionalmente, a la literatura, "El Tito" es agente marítimo en el Servicio de Vigilancia Aduanera. Destacar que parte de los beneficios de este libro se dedican de forma altruista a una protectora de animales, concretamente a Purogalgo.
Tres meses hacía que no publicaba en el blog, algo muy raro para quien ha mantenido casi siempre una frecuencia de un post semanal, o sea que no se me ha ocurrido mejor forma que romper esta abstinencia y celebrar las 15.000 visitas de mi bitácora con la opera prima de un autor que tengo la suerte de conocer y charlar de vez en cuando a través de Twitter y que precisamente me regaló un ejemplar dedicado de esta novela al ganar un concurso en la famosa red social.
En "Muertes de sobremesa" nos vamos a encontrar con un inspector de policía, Marcial Lisón, un tanto atípico, aunque claro, esto es lo propio en cualquier novela negra o policial. En el caso que nos trae, Lisón es un poli solitario, tanto en su vida personal como profesional, poco amigable, duro, agresivo y con un lado oscuro, que tendrá que hacerse cargo de un caso que comenzó 18 años antes, cuando él comenzaba en el cuerpo, el caso del asesino del café, y que no le dejará de atormentar hasta que no logre cerrarlo, puesto que de nuevo se ha abierto al actuar otra vez. Las víctimas, mujeres. El método, tras asesinarlas, las corta el dedo anular, las desnuda y las sienta junto a una mesa en la que deja dos tazas de café, una de ellas sin azúcar. La particularidad, el último caso es la esposa del inspector Villanueva, su jefe y mentor, quién llevaba la investigación a mediados de los 90, junto al propio Lisón y el único amigo de este, Santi, recientemente fallecido, lo que entristece más a Marcial, lo que no quita para que todavía tenga mucho que decir.
Lisón tendrá que investigar junto a la nueva compañera que le han asignado, Zoe Ochoa, una chica aparentemente del montón, pero que poco a poco se irá ganando a su jefe con su inteligencia y lealtad como solo Santi lo supo hacer, el porqué de ese nuevo asesinato, el porqué después de 18 años, el porqué de la esposa precisamente de Villanueva. En la trama nos encontraremos con otros personajes importantes como Unai Miralles, otro policía con el que Lisón se tiene sus más y sus menos; el comisario Lasaosa, que bebe los vientos por Miralles, la madre de Marcial, Dolores, quien a pesar de estar postrada en una silla de ruedas muestra tan fuerte carácter como él y que se encuentra en una residencia de ancianos descubriendo de nuevo las mieles del amor en la persona de otro residente, Andrés Guerrero; y un personaje muy especial, Sola, una galga abandonada que se ha convertido en la verdadera razón de vivir de Marcial Lisón.
A lo largo de casi 400 páginas, el autor nos irá descubriendo de forma brillante las personalidades de estos personajes así como planteándonos posibles móviles y candidatos a ser "el asesino del café".
Para concluir, además de dejaros con el fantástico book-trailer del libro, me gustaría indicar lo que más me ha gustado y lo que menos. A favor, sin duda, la intriga, la intensidad de la obra, que no es poco siendo la primera novela publicada del autor; en el debe, algunos aspectos de la edición del propio libro y respecto a la trama, la sensación desde muy pronto de saber quién va a ser el asesino (y yo no suelo ser muy bueno para ello), que sin embargo, se compensa sobradamente cuando se nos descubren los motivos, razón última para que no tenga duda de que volveré a leer la nueva entrega de Marcial Lisón.
En "Muertes de sobremesa" nos vamos a encontrar con un inspector de policía, Marcial Lisón, un tanto atípico, aunque claro, esto es lo propio en cualquier novela negra o policial. En el caso que nos trae, Lisón es un poli solitario, tanto en su vida personal como profesional, poco amigable, duro, agresivo y con un lado oscuro, que tendrá que hacerse cargo de un caso que comenzó 18 años antes, cuando él comenzaba en el cuerpo, el caso del asesino del café, y que no le dejará de atormentar hasta que no logre cerrarlo, puesto que de nuevo se ha abierto al actuar otra vez. Las víctimas, mujeres. El método, tras asesinarlas, las corta el dedo anular, las desnuda y las sienta junto a una mesa en la que deja dos tazas de café, una de ellas sin azúcar. La particularidad, el último caso es la esposa del inspector Villanueva, su jefe y mentor, quién llevaba la investigación a mediados de los 90, junto al propio Lisón y el único amigo de este, Santi, recientemente fallecido, lo que entristece más a Marcial, lo que no quita para que todavía tenga mucho que decir.
Lisón tendrá que investigar junto a la nueva compañera que le han asignado, Zoe Ochoa, una chica aparentemente del montón, pero que poco a poco se irá ganando a su jefe con su inteligencia y lealtad como solo Santi lo supo hacer, el porqué de ese nuevo asesinato, el porqué después de 18 años, el porqué de la esposa precisamente de Villanueva. En la trama nos encontraremos con otros personajes importantes como Unai Miralles, otro policía con el que Lisón se tiene sus más y sus menos; el comisario Lasaosa, que bebe los vientos por Miralles, la madre de Marcial, Dolores, quien a pesar de estar postrada en una silla de ruedas muestra tan fuerte carácter como él y que se encuentra en una residencia de ancianos descubriendo de nuevo las mieles del amor en la persona de otro residente, Andrés Guerrero; y un personaje muy especial, Sola, una galga abandonada que se ha convertido en la verdadera razón de vivir de Marcial Lisón.
A lo largo de casi 400 páginas, el autor nos irá descubriendo de forma brillante las personalidades de estos personajes así como planteándonos posibles móviles y candidatos a ser "el asesino del café".
Para concluir, además de dejaros con el fantástico book-trailer del libro, me gustaría indicar lo que más me ha gustado y lo que menos. A favor, sin duda, la intriga, la intensidad de la obra, que no es poco siendo la primera novela publicada del autor; en el debe, algunos aspectos de la edición del propio libro y respecto a la trama, la sensación desde muy pronto de saber quién va a ser el asesino (y yo no suelo ser muy bueno para ello), que sin embargo, se compensa sobradamente cuando se nos descubren los motivos, razón última para que no tenga duda de que volveré a leer la nueva entrega de Marcial Lisón.