Basta ya.
Aquí concluye el narrador su tarea [...]. Quedóse, pues, aquí este largo trabajo sobre cuya última página (a la cual suplico que me sirva de Evangelio) hago juramento de no abusar de la bondad del público, añadiendo más cuartillas a las diez mil de que constan los Episodios Nacionales. Aquí concluyen definitivamente estos. Si algún bien intencionado no lo cree así y quiere continuarlos, hechos históricos y curiosidades políticas y sociales en gran número tiene a su disposición.
Son estas palabras de Benito Pérez Galdós, el autor de las novelas de las que pretendo hablar en este post. Desde hace un tiempo pensaba que tenía que escribir algo sobre los Episodios Nacionales y que mejor momento que cuando acabase de leer la segunda serie de diez libros, veinte novelas, por tanto, sobre la historia de España del siglo XIX. Veinte novelas llevo, pero me quedan otras veintiséis, porque a pesar de que el autor en éste último título leído "Un faccioso más y algunos frailes menos" daba por concluido, como decía en las palabras que habéis podido leer arriba, su cometido con los mismos, posteriormente reemprendió su "magnánima" obra, realizando como digo, otras dos series de diez títulos y dejando una quinta inconclusa, con seis títulos más.
Antes de proponerme leer esta serie de novelas, para lo que he decidido tomarme todo el tiempo del mundo, había leído el primer título "Trafalgar" por encargo, por encargo de un profesor en la Universidad, o sea porque formaba parte de las lecturas necesarias para superar una asignatura de esas que se llamaban de "libre elección" al no pertenecer a mi carrera. Años después decidí, porqué no, tratar de leer estas novelas, por lo que releí "Trafalgar", siguiendo con el resto de la primera serie casi de continuo, intercalando muy pocas novelas distintas entre medio, aprovechando que en la biblioteca municipal de mi pueblo tenían todas en una misma colección (no pocas veces coloqué en orden las mismas, casi siempre desordenadas, para poder encontrar la siguiente). Cuando terminé la primera serie dejé un largo, bastante largo, tiempo sin volver a tocarlas, y un tiempo después volví a tomar títulos, aunque a partir de ese momento de forma esporádica, habiendo cambiado para los últimos títulos el formato, ya que ahora estos los leo en e-book, concretamente en mi teléfono móvil, aprovechando su gratuidad en Kindle.
Por el momento me voy a tomar unos cuantos meses de descanso con los "episodios", ahora estoy con novela negra y otras cosillas, lo que sí sé es que cuando termine de leerlos, probablemente trataré de leer otras dos obras llamadas "Episodios Nacionales Contemporáneos", de Ricardo Fernández de la Reguera y Susana March y escritos entre 1963 y 1979 que cuenta con 11 títulos publicados (y uno sin publicar) y "Nuevos Episodios Nacionales" elaborados por varios autores en un sólo volumen y publicados en 2000.
Pero volvamos con Galdós. Como dije anteriormente, tenía pensado escribir algo sobre los "episodios", pero no sabía exactamente el qué y el cómo, y en esto que terminando este volumen número 20, en su último capítulo, el XXXI, me vino la idea, y es que Galdós se guardó este, no para seguir contándonos la historia que estábamos leyendo sino para generalizar sobre su obra como vimos en el primer párrafo.
Galdós nos habla de su indecisión a la hora de plantearse la obra "A principios de 1873, año de grandes trastornos, fue escrita y publicada la primera de estas novelas, hallándome tan indeciso respecto al plan, desarrollo y extensión de mi trabajo, que ni aún había fijado los títulos de las novelas que debían componer la serie anunciada y prometida con más entusiasmo que reflexión [...]".
Sin embargo, la serie, cuyos cuatro primeros títulos aparecieron con regularidad anual, presenta una gran unidad, basándose en la Guerra de la Independencia y protagonizados en su mayoría por Salvador Monsalud. Estos son los títulos:
Pero volvamos con Galdós. Como dije anteriormente, tenía pensado escribir algo sobre los "episodios", pero no sabía exactamente el qué y el cómo, y en esto que terminando este volumen número 20, en su último capítulo, el XXXI, me vino la idea, y es que Galdós se guardó este, no para seguir contándonos la historia que estábamos leyendo sino para generalizar sobre su obra como vimos en el primer párrafo.
Galdós nos habla de su indecisión a la hora de plantearse la obra "A principios de 1873, año de grandes trastornos, fue escrita y publicada la primera de estas novelas, hallándome tan indeciso respecto al plan, desarrollo y extensión de mi trabajo, que ni aún había fijado los títulos de las novelas que debían componer la serie anunciada y prometida con más entusiasmo que reflexión [...]".
Sin embargo, la serie, cuyos cuatro primeros títulos aparecieron con regularidad anual, presenta una gran unidad, basándose en la Guerra de la Independencia y protagonizados en su mayoría por Salvador Monsalud. Estos son los títulos:
1.- Trafalgar.
2.- La corte de Carlos IV.
3.- El 19 de marzo y el 2 de mayo.
4.- Bailén.
5.- Napoleón en Chamartín.
6.- Zaragoza.
7.- Gerona.
8.- Cádiz.
9.- Juan Martín el Empecinado.
10.- La batalla de los Arapiles.
Galdós también nos cuenta que su obra fue muy original para aquellos tiempos en España y además nos comenta de donde obtuvo la mejor información para la creación de sus logrados personajes.
"Esta obra fue empezada antes de que estuvieran en boga las tendencias en literatura, al menos aquí. Lo que comúnmente se llama Historia, es decir, los abultados libros, libros en los que sólo se trata de casamientos de Reyes y Príncipes, de tratados de alianza, de las campañas de mar y tierra, dejando en el olvido todo lo demás que constituye la existencia de los pueblos, no bastaba para fundamento de estas relaciones, que o no son nada, o son el vivir, el sentir y hasta el respirar de la gente"
[...] pedir datos a los olvidados anales [...] auxilio a la literatura anecdótica y personal [...] pero de estos tesoros están muy pobres nuestras bibliotecas [...]. Pero donde menos se piensa hallamos un tesoro. El Diario de Avisos, que en estupidez iguala a la Gaceta y le supera en garrulería, ha sido para mí de grande utilidad, por los infinitos datos de vida ordinaria que atesora ¿dónde creeréis? en sus anuncios. En esta parte del periódico más antiguo de España he hallado una mina inagotable para sacar noticia del vestir, del comer, de las pequeñas industrias, de las grandes tonterías, de los placeres y diversiones, de la supina inocencia de aquella generación.
El éxito de la primera serie justifica la creación de una segunda "tantos lectores tuvo (dentro de la cifra reducida de lectores española), que creí oportuno emprender una segunda serie". Galdós no se olvida de la crítica a nuestra sociedad poco lectora, algo que sigue siendo lamentablemente una realidad, aunque como peñarandino, tengo que aprovechar para decir aquí, que me llena de orgullo y satisfacción (volverlo a leer poniendo vocecita) que mi pueblo encabezara hace un tiempo el ranking de lectura en España.
Y nos cuenta la premisa principal para la segunda serie "verdaderamente, la pintura de la guerra quedaba manca, incompleta y como descabalada si no se le ponía pareja en el cuadro de las alteraciones y trapisondas que a la campaña siguieron [...] pareciome buen asunto para otras diez narraciones, consagradas a la política, a los partidos y a las luchas entre la tradición y la libertad". Estos son los títulos de la segunda serie que narra el absolutismo de Fernando VII, el Trienio Liberal y la Década Ominosa, hasta que en el último volumen se dan las primeras pinceladas de las guerras carlistas:
11.- El equipaje del rey José.
12.- Memorias de un cortesano de 1815.
13.- La segunda casaca.
14.- El Grande Oriente.
15.- 7 de julio.
16.- Los cien mil hijos de san Luis.
17.- El terror de 1824.
18.- Un voluntario realista.
19.- Los Apostólicos.
20.- Un faccioso más y algunos frailes menos.
Y para finalizar, volvemos al principio, a cuando Galdós nos decía que daba por concluido su cometido y nos explica por qué, recordando que esto lo escribía en 1879. "Los años que siguen al 34 están demasiado cerca, nos tocan, nos codean, se familiarizan con nosotros. Los hombres de ellos casi se confunden con nuestros hombres". Esta frase no pudo por menos que recordarme a un profesor de Historia que tuve en bachillerato, José María Bragado, cuando con su voz potente (y en algunas ocasiones acojonante) nos decía aquello de "lo que ha pasado en los últimos 50 años no es Historia, es periodismo".
Galdós también nos cuenta que su obra fue muy original para aquellos tiempos en España y además nos comenta de donde obtuvo la mejor información para la creación de sus logrados personajes.
"Esta obra fue empezada antes de que estuvieran en boga las tendencias en literatura, al menos aquí. Lo que comúnmente se llama Historia, es decir, los abultados libros, libros en los que sólo se trata de casamientos de Reyes y Príncipes, de tratados de alianza, de las campañas de mar y tierra, dejando en el olvido todo lo demás que constituye la existencia de los pueblos, no bastaba para fundamento de estas relaciones, que o no son nada, o son el vivir, el sentir y hasta el respirar de la gente"
[...] pedir datos a los olvidados anales [...] auxilio a la literatura anecdótica y personal [...] pero de estos tesoros están muy pobres nuestras bibliotecas [...]. Pero donde menos se piensa hallamos un tesoro. El Diario de Avisos, que en estupidez iguala a la Gaceta y le supera en garrulería, ha sido para mí de grande utilidad, por los infinitos datos de vida ordinaria que atesora ¿dónde creeréis? en sus anuncios. En esta parte del periódico más antiguo de España he hallado una mina inagotable para sacar noticia del vestir, del comer, de las pequeñas industrias, de las grandes tonterías, de los placeres y diversiones, de la supina inocencia de aquella generación.
El éxito de la primera serie justifica la creación de una segunda "tantos lectores tuvo (dentro de la cifra reducida de lectores española), que creí oportuno emprender una segunda serie". Galdós no se olvida de la crítica a nuestra sociedad poco lectora, algo que sigue siendo lamentablemente una realidad, aunque como peñarandino, tengo que aprovechar para decir aquí, que me llena de orgullo y satisfacción (volverlo a leer poniendo vocecita) que mi pueblo encabezara hace un tiempo el ranking de lectura en España.
Y nos cuenta la premisa principal para la segunda serie "verdaderamente, la pintura de la guerra quedaba manca, incompleta y como descabalada si no se le ponía pareja en el cuadro de las alteraciones y trapisondas que a la campaña siguieron [...] pareciome buen asunto para otras diez narraciones, consagradas a la política, a los partidos y a las luchas entre la tradición y la libertad". Estos son los títulos de la segunda serie que narra el absolutismo de Fernando VII, el Trienio Liberal y la Década Ominosa, hasta que en el último volumen se dan las primeras pinceladas de las guerras carlistas:
11.- El equipaje del rey José.
12.- Memorias de un cortesano de 1815.
13.- La segunda casaca.
14.- El Grande Oriente.
15.- 7 de julio.
16.- Los cien mil hijos de san Luis.
17.- El terror de 1824.
18.- Un voluntario realista.
19.- Los Apostólicos.
20.- Un faccioso más y algunos frailes menos.
Y para finalizar, volvemos al principio, a cuando Galdós nos decía que daba por concluido su cometido y nos explica por qué, recordando que esto lo escribía en 1879. "Los años que siguen al 34 están demasiado cerca, nos tocan, nos codean, se familiarizan con nosotros. Los hombres de ellos casi se confunden con nuestros hombres". Esta frase no pudo por menos que recordarme a un profesor de Historia que tuve en bachillerato, José María Bragado, cuando con su voz potente (y en algunas ocasiones acojonante) nos decía aquello de "lo que ha pasado en los últimos 50 años no es Historia, es periodismo".
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