viernes, 27 de junio de 2014

LA CHICA QUE LLEVABA UNA PISTOLA EN EL TANGA (Nacho Cabana)


TÍTULO: La chica que llevaba una pistola en el tanga.
AUTOR: Nacho Cabana
AÑO: 2014
EDITORIAL: Roca Editorial
+ INFO: Nacho Cabana es guionista de cine y TV con series tan conocidas como "Colegio mayor", "Médico de familia", "Compañeros", "Más que amigos" o "Policías, en el corazón de la calle" entre otras, también es fotógrafo, realizador, crítico de cine. Como escritor había ganado el premio "Ciudad de Irún 2003" con su primera novela "Momentos robados". Con esta segunda novela ha ganado el Premio Internacional de Novela Negra L´H Confidencial 2014 de L´Hospitalet de Llobregat (Barcelona).





     Tengo que reconocerlo, ha sido el título tan sugerente de esta novela el que me ha hecho acercarme a ella, pues nunca había oído hablar de ella ni de su autor, aunque tengo la impresión de, una vez vista su fotografía, haberle visto anteriormente. Comenzaba a bucear entre el catálogo de libros disponibles de mi suscripción premium a Nubico cuando apareció este libro, leí apenas unas líneas de la sinópsis y decidí guardarla por si acaso, sin saber muy bien si la leería o no, era en principio una más de un pequeño acopio de novelas, ya se sabe, te regalan algo "casi sin límite", solo el temporal (dos meses para leer gratuitamente) y eliges más de lo que vas a poder leer (bueno, al final seleccioné cinco novelas y leí cuatro, no está mal considerando que estaba estudiando y leyendo otras cosas). Pero vamos a lo que vamos, a la novela.

     "La chica que llevaba una pistola en el tanga" es una novela de gran violencia, con algunas escenas brutales en la que vas a encontrar homofobia, trata de blancas, prostitución infantil, mafias ilegales, clubes de intercambio de parejas pero también historias de amor, de amor de parejas y de amor familiar. Está protagonizada por una pareja de policías atípicos, Violeta y Carlos, aunque más bien tendríamos que decir por una policía y también por un taxista, Pedro. La trama se desarrolla en dos ámbitos diferentes, con dos historias que aparentemente nada tienen que ver, salvo el tema de la prostitución, una en Madrid (y Murcia) y otra en México D.F., puesto que ambas no se entrecruzan hasta la mitad de la obra, ya que esta está estructurada en tan solo tres capítulos, el primero, el protagonizado por Violeta y Carlos en Madrid,  que lleva por título un provocativo "Los skinheads no se tatúan con henna"; el segundo, el protagonizado por Pedro y su familia, Itzel y Olga, mujer e hija respectivamente y otra serie de tipos malvados como Correa o Vergasanta en México, una "Ciudad tóxica", y por fín, el tercero, en el que las historias paralelas dejan de serlo llamado "Los hombres simpáticos".

     La historia comienza cuando Violeta y Carlos reciben el aviso de acudir al "rescate" de una familia de gitanos rumanos que están siendo apaleados por unos skinhead. Se encontrarán con que ya no pueden hacer nada por la pequeña hija de esta familia. La investigación les acabará llevando hasta un prostíbulo de Murcia en el que trabajó una hermana mayor de la niña asesinada. Por otra parte, en México D.F. tenemos a Pedro, un taxista español casado con una mexicana a la que adora y a la que la quiere dar, junto a su hija, una vida mejor, por lo que, surgida por casualidad la ocasión de trabajar como conductor para el dueño de un prostíbulo y ser muy, muy bien pagado, no sabrá valorar hasta donde debe llegar la ambición, lo que le supondrá importantes cambios en su vida. 

     Si te gusta el thriller, la novela policiaca, no necesitarás que te cuente mucho más, solo que es una novela que te incita a leer más desde el primer momento, que te atrapa en seguida, narrada con un lenguaje y un estilo que llama la atención, con gran viveza, con unos personajes, especialmente el de Violeta, muy atractivos. Una novela muy cinematográfica, algo bastante propio viniendo su autor de ese mundo. No obstante, como suelo hacer, voy a dejarte aquí algunos textos. En esta ocasión no están seleccionados por mí, sino por el autor en su propia página web http://www.nachocabana.net/ y se corresponden con los inicios de los tres capítulos. Ahí van:

     

     Violeta conduce a 120 kilómetros por hora en dirección contraria por la Gran Vía, un jueves de madrugada, y eso la relaja. Se concentra en esquivar los obstáculos que encuentra por el camino y en prevenir los que puedan aparecer. También le divierte ver la cara que pone Carlos, su compañero de patrulla; a pesar de llevar ya casi un año trabajando con ella, aún no se ha acostumbrado a los giros en U que tanto satisfacen a la oficial de Policía. Unos patriotas calvos le están dando una paliza a un grupo de gitanos rumanos en el paso subterráneo que comunica la plaza de España con la Cuesta de San Vicente, probablemente uno de los lugares más feos de Europa Occidental. Tienen que llegar antes de que sea demasiado tarde, así que Violeta le ordena a Carlos que se agarre y, cinco minutos después, ella está corriendo detrás de dos rapados por la calle Cadarso mientras su compañero avisa por radio al SAMUR para que venga a coserles la cabeza a Alexandru Gheoghiu, su esposa y su hija [...]



     Hay muchas maneras de morir en el Distrito Federal. La más obvia es que, durante un asalto, tú, el asaltante o los dos se pongan bravos pero él vaya armado y tú solo lleves tu iPod como elemento de autodefensa, y te hayas olvidado o no te haya dicho nadie que no hay posibilidad de negociación en esas condiciones y te disparen en cualquier calle poco iluminada, una noche cualquiera. Pero no es la única. También puedes morir al ser picado por una araña venenosa de las que aparecen, sobre todo, en temporada de lluvias y que se cuelan por las ventanas como el polvo de la contaminación, y entran a tu dormitorio o a tu despacho y atacan tu hombro o tu tobillo, y en una milésima de segundo notas que se te empieza a dormir el brazo y te asustas y vas a un centro médico con la esperanza de que tengan el antídoto que te permita seguir viviendo hasta la siguiente tormenta [...]


     Marcos Úbeda aguarda en la cola del economato del patio de la prisión de Estremera donde le ha confinado el juez en espera de juicio. Federico Úbeda tira unas canastas a la espera de que la alarma le indique que es hora de cenar la sopa y el trozo de pollo de todos los lunes. A ambos les ha crecido el pelo y ya no parecen cabezas rapadas, solamente dos cabezas huecas.
     A Marcos le quedan dos personas hasta llegar a la ventanilla y poder comprar seis cigarros con el simulacro de tarjeta de crédito que se usa dentro de la cárcel. Cuatro para él y dos para su hermano. Federico piensa que quizá debiera apuntarse al equipo de baloncesto de la prisión aunque odia los deportes de equipo, no le gusta que el triunfo o fracaso de nadie dependa, ni siquiera un poco, de lo que él haga o deje de hacer [...]


     Sí, ya sé que los estos textos no aclaran mucho, si acaso un poquito la forma de escribir, aunque si lees un poquito más, todavía te darás cuenta de que no es al uso, no obstante, volverte a insistir en que esta novela, novela policiaca hispana, te va a sorprender. De alguna manera me recuerda a otra (hasta en la portada) que leí el pasado año y de la que ya te hablé aquí también, "Sesenta kilos" de Ramón Palomar, ¿te acuerdas?. Si la respuesta es negativa aquí tienes el enlace por si te apetece saber también de ella



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