lunes, 7 de diciembre de 2015

LA LEYENDA DE LA ISLA SIN VOZ (Vanessa Montfort)



TÍTULO: La leyenda de la isla sin voz
AUTORA: Vanessa Montfort
EDITORIAL: Plaza & Janés; Debolsillo (Penguin Random House)
AÑO: 2015
+ INFO: Vanessa Montfort es una dramaturga y novelista barcelonesa premiada y reconocida internacionalmente. Con su primera novela, "El ingrediente secreto" (2006), ganó la undécima edición del premio Ateneo Joven de Sevilla, galardón que repitió en la XLII edición senior en el año 2010 con "Mitología de Nueva York" de la que puedes leer mi reseña pinchando en el enlace. "La leyenda de la isla sin voz" es su tercera y última novela.


   Después de un tiempo sin traer hasta este blog ninguna reseña literaria, hoy traigo una de una novela deliciosa, precisamente de la autora de la que hice la primera. En "La leyenda de la isla sin voz" nos vamos a encontrar una novela al estilo de las narraciones de Charles Dickens, una novela decimonónica, victoriana, en la que será precisamente el autor inglés el protagonista de la misma.

   La trama de esta historia está narrada en dos tiempos con 25 años de diferencia, los que hay entre la primera visita de Dickens, ya un reputado y famoso autor, a la isla de Blackwell en 1842 y la que realizará en 1867, donde recordará los hechos vividos en su primera visita junto a Margaret, enfermera-encargada en la isla y la pequeña Nelly. La isla de Blackwell, situada en el East River de Nueva York (donde también transcurre la trama de Mitología de Nueva York), frente a Manhattan y Long Island es el lugar elegido por la cosmopolita ciudad para llevar a todos los que considera deshechos de la sociedad: criminales, huérfanos, locos, prostitutas, enfermos sin curación... De hecho, todo lo que se puede encontrar en dicha isla es un manicomio, un penal, un asilo para hombres y otro para mujeres, un orfanato, un hospital y algunas instalaciones más, entre las que destacaremos un faro.

   Dickens, como decíamos, ya un autor famoso, y comprometido con los desheredados, acude a la isla después que en un viaje de promoción de su última novela reciba un anónimo en el que se le insta a ir a la isla para descubrir un tesoro. Tras conseguir el pertinente permiso de las autoridades lo que se encontrará es un mundo que poco podía imaginar, un mundo de desidia y de abandono a todas esas personas que Nueva York en cambio si quiere olvidar. Y para ello no hay nada mejor que poner al frente de esa isla a un funcionario que no cree en su trabajo, que no cree en las personas que allí le envían, un funcionario, el señor Scraugh, que va viendo pasar su vida, día tras otro, sin ninguna motivación junto a su malvada mano derecha, Miss Grady. Pero Dickens también se va a encontrar con una bella y joven enfermera, Anne Radcliffe, por la que comenzará a sentir algo a pesar de estar casado, que trata de ayudar a los diferentes personajes que vamos a conocer: Lili, Tom "el gigante", Florita "la chamana", el pequeño Tim, el Ratón, Darcy Moore, la anciana Ada... cada uno de ellos con una historia detrás, con una pequeña tragedia personal.

   El primer objetivo de Charles Dickens es descubrir quien es la persona que le ha enviado el anónimo y así tratar de encontrar ese tesoro, que no será un tesoro al uso, a parte de poderse inspirar para una nueva obra literaria (de hecho, se nos da a entender que será allí donde se inspire para crear una de sus obras más famosas, "Cuento de navidad"). Sin embargo, en cuanto empiece a ver lo que sucede en aquella isla y con la ayuda de Anne Radcliffe tratará de mejorar la vida de aquellas personas, para lo que utilizara sus armas como creador de fantasías.

   Es por tanto esta novela, como he leído en un comentario a otra reseña de la misma, un canto a la libertar, la amistad, el valor y el amor. Escrita con un lenguaje sencillo, con una descripción deliciosa de cada uno de los personajes y de diferentes situaciones ambientales, es una novela que merece mucho la pena y con la que en mi opinión, Montfort se consagra como novelista, dejándome de nuevo una gratísima impresión como ya hiciera con "Mitología de Nueva York".


   [...] No se escuchó ni un solo grito. El silencio era tan espeso que costaba respirar. Si las circunstancias no hubieran sido tan extrañas, si aquella familia no hubiera estado formada por presos, huérfanos, locos y mendigos, si los gritos de las gaviotas no hubieran competido con los de Lili, Charles habría descrito aquella escena como un alumbramiento tradicional [...].


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