Han pasado ya tres
días desde que los españoles fuimos a votar en unas importantes elecciones cuyo
resultado no ha resultado para nada esclarecedor y la amenaza de unas nuevas
elecciones en apenas unos meses está más que presente.
En este
artículo no tengo la menor intención de hablar explícitamente de los resultados
y de posibles pactos, ni siquiera de mi posición ideológica, en este post
quiero hacer una reflexión, o varias, sobre un asunto del que se ha hablado
bastante estos días, el coste electoral por escaño, el número de votos que ha
necesitado cada partido para conseguir un representante en nuestro Parlamento.
Si de esto se habla es por el desigual resultado, sin duda, y por la necesidad
de cambiar el sistema electoral, defendido especialmente por algunos y creo que
más o menos aceptado por la mayoría, en lo referido al reparto.
Según el
sistema actual, con la famosa ley D´Hont, que no pretendo explicar, y después
de saber los resultados hemos comprobado como a algunos partidos su asiento en
la Cámara Baja le ha salido por apenas 50.000 votos, cuando a un partido le ha
costado más de 450.000, estando la mayoría entre los 60.000 y 90.000. No sé cuántas
veces he escuchado, visto y leído en radio, televisión y prensa
respectivamente, además de escuchado directamente a personas o leído también a
través de las redes sociales lo injusto de esta situación, pero lo que nunca
veo, oigo o escucho es una verdadera solución y es que como todo en la vida,
tiene sus pros y sus contras. Yo no es que esté en contra de un cambio de
modelo, pero sí me gustaría que los que se indignan tanto propusieran métodos y
explicaran los beneficios y perjuicios.
Hay una cosa
de la que sí estoy seguro, mucha gente que critica el actual método no se ha
planteado el porqué de él y creo que si a esa gente le propusiéramos un
cuestionario con preguntas bien planteadas, bien razonadas, con aspectos
contradictorios intercaladas sin ninguna razón, ofrecerían respuestas
totalmente contradictorias a sus planteamientos iniciales. ¿Alguien respondería
que no si le preguntamos si le parece que todas las provincias españolas deben
estar representadas en el parlamento tal y como dice la Constitución? Seguro
que no. Sí, ya sé que si tuviéramos una Cámara Alta, el Senado, como una
verdadera cámara territorial esto estaría solucionado, pero puesto que el
Senado prácticamente actúa únicamente como cámara de doble lectura, de momento
es una solución. ¿Y cuáles son las alternativas? ¿Circunscripciones más grandes
que las provinciales como podrían ser las autonómicas?; ¿única, tal y como se
hace cuando elegimos nuestros representantes para el Parlamento Europeo?. Así,
se conseguiría sin duda un reparto prácticamente equitativo, pero cómo se
conformarían las listas de los diferentes partidos, alguien cree que los
representantes de Soria, Teruel, Cuenca o Lugo tendrían algún peso respecto a
los de Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla, ¿aparecerían en puestos de
salida? Creo que más que nunca funcionaría lo que tantas veces se ha criticado
del amiguismo dentro de los partidos políticos, eso de llevarte bien con el que
hace las listas para que te sitúe lo más adelante posible. No tendría nada que
ver con ese añorado sistema de algunos países en el que los políticos son
cercanos a sus electores, mejor dicho, a los ciudadanos del lugar por el que
han sido elegidos, durante todo su mandato y no solo durante la precampaña y
campaña electoral, a ese sistema en el que el político se debe a su gente y no
a su partido, a un sistema en el que un político pueda votar en la asamblea
correspondiente en libertad de conciencia y no bajo las directrices del partido
(que por otra parte también tiene su lógica). Con ese sistema de
circunscripción única, y tal y como somos en nuestro país de criticones,
criticaríamos hasta que las papeletas medían un metro de larga para dar cabida
a los 350 nombres necesarios, si no más, o al menos, que se yo, 200, por si un
partido obtenía ese resultado.
¿Y qué pasaría
con un sistema de circunscripciones más pequeñas para poder elegir a ese
político más cercano que decía anteriormente? ¿Podrían los llamados partidos
emergentes conseguir de verdad representantes en un país que, como en la gran
mayoría, ha tenido 2 partidos más potentes que el resto, el llamado bipartidismo.
Solo hay que ver qué pasa en Ceuta, Melilla o las provincias más pequeñas, en
las que se eligen uno, dos o tres representantes.
No, la
respuesta no es fácil. Tal vez la solución pueda ser un sistema mixto, un sistema
en el que se puedan elegir un buen número de diputados por el método de circunscripción
única y el resto por reparto equitativo en función de la población, asegurando
que todas las provincias (incluido Ceuta y Melilla) tuvieran representación,
aunque solo fuese 1 en lugar de los 2 actuales. No obstante, tampoco crean que
no habría problemas. El que esto escribe se ha preocupado por analizar un tanto
esta cuestión y resulta que si determinamos un representante por cada,
pongamos, 150.000 habitantes, el reparto en circunscripción única sería mínimo y
el cambio casi inexistente, y si aumentamos a un representante por cada 200.000
habitantes, la circunscripción única tendría un número más que interesante de
125 diputados, pero en contra tendríamos por ejemplo que cualquier provincia
con menos de 400.000 habitantes solo tendría un representante, igualando
territorios como Salamanca a Melilla. Con un número intermedio, 175.000
habitantes, la circunscripción única tendría 105 diputados, pero al repartir el
resto entre las provincias y en base a los datos de población del INE en 2014 y
los resultados obtenidos el pasado domingo, habría un cambio en los resultados,
aunque no excesivo, así el P.P. hubiese obtenido 114 diputados (-9); el P.S.O.E.,
85 (-5); Podemos, 76 (+7), C´s, 42 (+2); E.R.C., 10 (+1); D.L., 9 (+1); U.P.-I.U.,
6 (+4); P.N.V., 4 (-2); E.H. Bildu, 2 (=); C.C., 1 (=), apareciendo P.A.C.M.A.
con 1 escaño. Mientras, el famoso precio por escaño se equipararía un poco más,
resultando como resultados más llamativos que a U.P. el escaño pasaría de
costarle de algo más de 460.000 votos a poco más de 150.000, aunque seguiría
siendo el doble que a la mayoría e incluso el triple que al P.N.V., mientras
que a P.A.C.M.A. sería a quien le hubiese resultado más caro su escaño con sus casi
220.000 votos, aunque supongo que mejor eso y tener representante parlamentario
que no llegar ni por asomo.
En definitiva,
que el tema resulta más complicado de lo que parece y no todo se puede basar en
comentar un dato sin analizar sus aspectos positivos y negativos, que los hay de
ambos, que no todo puede consistir en alimentar una polémica como aquella falsa
de los 500.000 políticos en España o la inexacta de los diputados que ya tienen
ganado su derecho a jubilación después de 2 legislaturas.
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