miércoles, 25 de noviembre de 2015

CÓMPLICES





   Este relato breve, escrito ahora hace 5 años y que todavía no había publicado en este blog, forma parte de aquellos ejercicios que nos proponían en el taller de escritura. Se trata de un 2º relato que escribí con motivo de la conmemoración del "Día internacional contra la violencia de género" de 2010, al igual que ese otro relato llamado "El calendario", ya publicado en el blog hace 2 años, y que puedes volver a leer si pinchas en el enlace sobre el nombre. Recordar que esta actividad surgió a propuesta del Excmo. Ayuntamiento de Peñaranda y que todos los miembros del taller acogimos con gran ilusión.


   Llegaron cansados de trabajar. Después de una relajante ducha se dispusieron a preparar la cena y la mesa entre ambos. Siempre cenaban escuchando el Telediario de las nueve. Era prácticamente la única vez en el día en el que podían estar informados de lo que ocurría por el mundo. 

   Tras la información internacional se dio paso a las noticias nacionales. El presentador informó de un nuevo caso de violencia de género. Marta y Manuel supieron de la nacionalidad de la víctima, el número de caso anual, que su pareja era el principal sospechoso, que estaba huido y que no existían denuncias previas.

   -¡Esto es increíble! –exclamó Marta–. ¿Adonde vamos a ir a llegar?
   -Fíjate, ya van seis casos más que el pasado año por estas fechas –dijo Manuel ¡No sé como se va a poder solucionar esta lacra!
   -Y una vez más no había denunciado –añadió Marta-.

   Siguieron cenando. Dos noticias más y se pasó al deporte y la información meteorológica. Comenzó su serie favorita. Se escucharon ruidos y fuertes voces en el piso de arriba.

   -¡Ya están otra vez estos igual! –dijo Manuel–, ¡No podrán dejar de darse voces y dejarnos tranquilos una sola noche!
   -Hoy parece que están más alterados. ¿Llamamos a la policía?
   -¡Quita, quita, déjate de meternos en problemas! Total, si ya sabemos lo que pasa. Están un rato así, se calman, ella se va a acostar y él al bar a tomarse unas copas. ¡Mientras no empiecen de madrugada otra vez!
   -Tienes razón cariño. Además, luego hay que seguir conviviendo con ellos y cruzarse en la escalera o en el rellano del portal.


   Volvieron una vez más a media tarde al día siguiente. Como siempre llegaban cansados después de la dura jornada laboral. Esta vez se sorprendieron al llegar al portal. Un coche de policía con los rotativos encendidos amparaba al furgón de los servicios fúnebres. No pudieron articular ni media palabra cuando vieron a los operarios de la funeraria salir con el cadáver de su vecina del tercero.


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