miércoles, 13 de febrero de 2013

INVESTIGACIÓN ENTRE PAÑALES

    
     Hacer limpieza suele causar mucha pereza, sin embargo, además de necesario de vez en cuando a veces es productivo, y este es el caso de este post, no de lo escrito sino de porqué lo presento ahora, y es que hace poco he tenido que hacer limpieza en el ordenador para formatearlo y me he encontrado con este relato que ni estaba donde tenía que estar ni me acordaba haberlo escrito, por lo que me ha parecido muy oportuno compartirlo. El cuento trata el tema de las adopciones ilegales y supongo que lo hice cuando se empezó a hablar de este asunto hace unos años, no ahora. No obstante, y aunque no se cite nada parecido lo he querido ilustrar con una foto de Sor María (la monja robaniños que diría el pescadero de "La que se avecina").


     Como cada mañana a primera hora entraron todos a la sala de reuniones donde el redactor jefe les esperaba con impaciencia. Tras el alboroto inicial, los saludos correspondientes con los compañeros, llegó el silencio. Era el momento de comentar como iban los diferentes trabajos y de la asignación de los nuevos. Angélica tenía buenas sensaciones para ese día. Era ya su cuarto año en la revista, los tres primeros como becaria con un sueldo de mierda, como no podía ser menos, pero ahora, por encima de lo económico, cuyas condiciones habían mejorado aunque no lo suficiente, estaba cosechando importantes éxitos profesionales a la par que recibiendo las felicitaciones de sus superiores. Sus buenas sensaciones se vieron ratificadas cuando le fue asignado uno de los trabajos estrella del momento, conseguir un reportaje de 4 páginas abordando el tema de las presuntas adopciones ilegales y robos de bebes en los hospitales. Solamente había un pero, el trabajo lo tenía que desarrollar junto con Miguel, uno de los compañeros que peor le caían en la redacción.

     Tuvieron que hacer de tripas corazón para comenzar a trabajar juntos, y eso que ambos sabían que cuando ella llegó al equipo ambos se habían interesado mutuamente. Habían tenido “feelling” como dicen  ahora. Sin embargo la prepotencia de Miguel había acabado con su paciencia. El caso es que sin mucha pasión comenzaron a exponer cuales podían ser los puntos a tratar en el reportaje, entrevistas con gente que habían encontrado a sus verdaderos padres, entrevistas con aquellos otros que los estaban buscando después de haber reconocido los adoptivos que efectivamente ellos no eran los naturales, también entrevistas con aquellas personas que solamente tenían sospechas. Otro aspecto de la investigación tendría que ir hacia los hospitales implicados, médicos, enfermeras, etc. Los registros, tanto de los hospitales como institucionales no podían dejar de investigarse y así un largo etcétera de posibilidades. Miguel se estaba encargando más del rastreo de registros y entrevistas con responsables, mientras que Angélica seguía el rastro a aquellos bebes ahora treintañeros.

     Pasaron dos semanas, dos semanas en las que Angélica y Miguel compartieron muchas horas del día, más de las que ninguno de los dos pensaban que podrían haberse soportado y resulta que la cosa no había sido para tanto, que ni Miguel le parecía ahora tan prepotente a Angélica, ni Angélica le parecía tan desorganizada a Miguel. Llegó el momento en que incluso pasaron las 24 horas del día juntos, eso sí, a la hora de dormir, las pocas horas que podían hacerlo, cada uno por su lado, al menos la primera vez…

     En aquellas ya tres semanas que habían compartido, ambos habían hablado mucho de ellos y de sus familias. Angélica pudo saber de los temores que Miguel había mostrado por ciertas diferencias que encontraba con sus padres y hermanos, por lo que Angélica le espetó que el caso se le estaba metiendo demasiado en la cabeza y que estaba viendo fantasmas donde no los había. Siguieron pasando los días y su relación se empezaba a consolidar, sin embargo, Miguel estaba cada vez más raro y apático, hasta el punto en que un día harto con ese trabajo se negó a continuarlo. El cabreo de Angélica fue terrible, no lo podía comprender, habían formado un equipo y no le podía dejar sola. Trató de convencerle, de hacerle ver que sus insinuaciones no eran más que conjeturas sin apenas evidencias. De nada sirvió, no le hizo cambiar de opinión, por lo que instada por el redactor jefe de la revista siguió ella sola con el tema. Trabajó con la documentación de Miguel, un gran trabajo pensó, que le facilitó mucho el primer borrador del reportaje. Sin embargo había algo que no le cuadraba en la documentación, faltaba algo. Una noche Angélica se atrevió a preguntarle por la documentación que ella pensaba que faltaba, recibiendo una respuesta negativa por parte del que ya se había convertido en su amante. No obstante ella, intrépida periodista, no se rindió y buscó en todos los rincones de la casa, incluido también los de su ordenador personal. Por fin encontró lo que estaba buscando y entonces comprendió porqué Miguel había querido dejar el reportaje. Había toda una serie de documentos que demostraban su adopción ilegal. Angélica no pudo por menos que echarse a llorar. Sentía que era muy duro no poder saber quienes eran los verdaderos padres de uno. Sentía que había estado engañada toda su vida.


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