viernes, 23 de mayo de 2014

BARRIO DEL OESTE II



Hoy traigo hasta el blog los 3 microrrelatos con los que recientemente participé en la IV edición del concurso literario "Leyendo a la luz de la luna", organizado por la Asociación Vecinal del Barrio del Oeste de Salamanca, ZOES. En esta ocasión, los microrrelatos, con un máximo de 100 palabras de extensión, tenían que inspirarse en las obras de arte urbano que formaron parte de otra de las actividades organizadas por la asociación. 








PREOCUPACIÓN DE MADRE


C/ Papín / Héctor Carazo                                                                C/ Profesor Sáez Nº 3 / Jorge Merino


     - ¡Bueno, bueno, no te enfades, ya me quito el sombrero, que por otra parte nada tiene de ridículo!
   - ¡Claro que es ridículo, pero eso no es lo importante, lo importante es que estoy aquí, educando a nuestro polluelo contra los peligros del barrio y tú con esas chorradas!
     - ¿Y de qué le advertías, si se puede saber?
    - ¿Qué de qué? ¡Pues del gato de la señora Matilde, la de la calle Profesor Sáez, últimamente le veo que nos mira muy fijamente, con esos ojazos verdosos tan grandes! ¡Y esos bigotes tan tiesos! ¡No me gusta nada!



¡OBSESIÓN!


C/ Palacio Valdés Nº 28 / Inés Carballi


     El doctor la había recomendado que no se obsesionara y que tal vez sería conveniente que acudiera a un psicólogo. Ella, de malos modos, le había contestado que no estaba loca, que una cosa era querer ser madre y no poder y otra aquello que le estaba diciendo. ¡Obsesionada, obsesionada!, se repetía, llorando, una y otra vez camino de casa; lo que estoy es muy cabreada con ese doctorzucho, y ahora encima esto, ¿quién me habrá pintado un aparato genital en la cochera de mi casa?



EL BARRIO


Plaza del Oeste s/n / Elena Benito


   - ¿Queeeé? ¿Por qué me miráis así? –preguntó riendo, acompañando un tanto avergonzada las risas de los demás– 
     - Tienes espuma de la cerveza en la nariz –le dijo él, a la vez que se la retiraba cariñosamente con un dedo– 

  Eran tiempos felices, pero no siempre había sido así. Recordaron los primeros momentos de asociación vecinal. Fueron muchas las ideas, muchos los intereses y muchas las dificultades. No estaban unidos y así era imposible. Poco a poco fueron se fueron acoplando los unos con los otros hasta acercarse a los más distantes; y el barrio se llenó de color.


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