Este relato corto es uno de esos ejercicios que nos mandaban en el taller de escritura del que ya os he hablado en numerosas ocasiones, sin embargo no es un relato más, es un relato que trata de sensibilizar sobre un tema muy complicado, escandaloso en realidad para nuestra sociedad, el de la violencia de género, doméstica o machista, como se quiera llamar. Desde el Excmo. Ayuntamiento de Peñaranda de Bracamonte se nos invitó a participar en los actos que se preparaban con motivo del día internacional contra la violencia de género, el 25 de noviembre, o sea tal día como hoy, aunque de hace tres años. Los relatos de mis compañeros/as de taller formarían parte conjunta con una serie de fotografías en una exposición reivindicativa.
4 de
enero: Se trata del primer caso de violencia de género del presente año. Su
marido, de ochenta y seis años y ante la situación de ambos decidió acabar con
su vida para más tarde suicidarse.
26 de enero: Cuarta víctima en lo
que va de año. La joven ecuatoriana y madre de dos hijos ha sido degollada en
su piso del Rabal. Se cree que su novio, también de nacionalidad ecuatoriana es
el autor. La policía lo busca por los alrededores.
19 de febrero: Novena víctima de
este año. En estos momentos se contabilizan dos casos más que el pasado 2010.
El asesino confeso acudió a la comisaría de policía con las manos
ensangrentadas y el arma del delito para entregarse. La víctima, de cuarenta y
ocho años de edad, separada de su marido, no había denunciado nunca a su
agresor.
30 de marzo: Son ya 14 el número de
víctimas que van a lo largo de este año. A pesar de contar con tres denuncias
previas y una orden de alejamiento, su agresor cumplió su amenaza y acabó con
la vida de su ex-pareja, quien mantenía una nueva relación con otro hombre.
16 de junio: A estas alturas del año
son ya nueve más las víctimas que por violencia de género se han producido este
año. La víctima cumple con el típico perfil de estos casos, joven, extranjera,
madre, separada, bajo nivel cultural, perfil similar al de su agresor. Sin
embargo no debemos olvidarnos que aunque este es un perfil tipo, existen muchos
casos diferentes y no debemos generalizar.
Se llamaba Sociedad, era madura,
culta, trabajadora, aunque últimamente con una serie de problemas económicos,
emancipada de su anterior hogar en diciembre del 78. Tenía por costumbre
apuntar en su calendario de pared todos los datos acerca de los diferentes
casos de violencia de género. Primero remarcaba con un rotulador bien gordo un
círculo alrededor de la fecha, después escribía, un poco más pequeño, el nombre
de la víctima, su edad y nacionalidad, el número de caso en lo que iba de año,
las circunstancias concretas de su vida y las de su agresor. Era 11 de julio.
Había habido un nuevo caso de violencia doméstica. Tras apuntar todos los
datos, decidió repasar uno por uno cada caso. Volvió las páginas del calendario
hacia atrás. Llegó a Enero. No recordaba exactamente la fecha del primer caso
pero sí sabía que había sido antes de la noche de reyes. Se sorprendió
muchísimo. El calendario no mostraba ningún borrón ni corrimiento de tinta, sin
embargo no existía ya ningún apunte en el mes de enero. Pasó la página, tampoco
quedaba nada escrito en febrero. Nueva página. Marzo. Nada de nada. Siguió
pasando páginas. No encontró nada hasta finales del mes de junio. No comprendía
nada, todo estaba borrado, todo olvidado. Sólo quedaba el número anual de la
nueva víctima.
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