TÍTULO: Ayer no más
AUTOR: Andrés Trapiello
EDITORIAL: Destino
AÑO: 2012
+ INFO: Trapiello (Manzaneda de Torío, León, 1953), es además de novelista, ensayista y poeta. Su obra más conocida es "Los amigos del crimen perfecto" ganadora, entre otros, del Premio Nadal de novela 2003. También ha obtenido importantes galardones con "El buque fantasma" (1992) y "Al morir Don Quijote" (2005).
Hoy traigo hasta esta bitácora la reseña de un nuevo libro que trata de la Guerra Civil Española, si bien este libro es muy diferente, en primer lugar porque es una novela de ficción, aunque basada en algunos hechos reales; en segundo porque trata de ser imparcial, o cuando menos crítica con ambos bandos, aunque de primeras pueda parecer que está más del lado perdedor, del lado republicano; y en tercero porque uno de los aspectos fundamentales que trata es el de la ley de la memoria histórica.
El argumento de la misma nos cuenta como José Pestaña, historiador y profesor universitario en Canarias decide volver a su León natal para seguir ejerciendo su profesión de docente en sus últimos años antes de jubilarse. Pestaña, de tendencia republicana y miembro de una agrupación de la memoria histórica, pertenece en cambio a una familia más cercana a las ideas del bando nacional, no en vano su padre, con el que mantiene una relación complicada, es falangista, lo que le ha traído no pocas discusiones a lo largo de su vida. Un buen día paseando por León se encuentra con su padre cuando de repente se les acerca un viejete que acusa al padre de Pestaña de ser uno de los asesinos de su padre durante la guerra civil. A partir de ese momento al historiador se le plantean dudas emocionales y podríamos decir existenciales entre lo que supone saber lo que pudo ser su padre y el hecho mismo del parentesco, o sea su deber como hijo.
La novela, que como digo, comienza más con el planteamiento familiar (que nunca abandona) poco a poco pasa a convertirse en una historia que nos habla de la ley de la memoria histórica, tanto para bien como para mal, y también de las disputas y envidias dentro del departamento de Historia Contemporánea de la Universidad de León, donde cuatro de sus profesores, entre ellos Pestaña, todos miembros del colectivo reivindicativo, sacarán a relucir sus problemas internos, sus relaciones, sus diferencias por sus carreras académicas, sus logros y frustraciones...
Como reflexión general de la novela podemos extraer el que para hacer justicia hay que desentrañar todos los hechos, pero que al hacerlo se provocan otros daños y puesto que el objetivo no puede ser juzgar (o sí) a los victimarios, en muchos casos ya fallecidos, este debe ser saber y después pasar página, pero ¿se puede lograr eso una vez conocida toda la verdad?
La novela es de bastante fácil lectura, entre otras razones por su estructura, compuesta por multitud de "capítulos", si es que así se les puede llamar, en ocasiones de una página o menos, que incita a seguir leyendo "un poquito más". Todos ellos se encuentran narrados en primera persona, pero desde distintas voces y sin explicar directamente quién es quien está hablando, aunque se deduce inmediatamente.
En el libro se habla del propio libro, es decir, el protagonista, Pepe Pestaña, ha escrito una novela sobre la guerra civil titulada "Ayer no más" o sea el mismo título de la nuestra, y que cuenta con la misma portada que nosotros podemos ver. En la novela, además, se citan artículos y reportajes aparecidos de verdad en los medios, así como a sus autores, entre ellos al propio Trapiello como se puede leer en este párrafo:
[...] Los de El País, a mi modo de ver, como siempre; no se sabe muy bien a qué juegan, una de cal y otra de arena, lo nuestro y lo de Garzón y, para contrarrestar, lo de Savater o lo de alguno más como Trapiello, hace una semana en "Opinión". Es de León, a él no lo conozco, pero conozco a su hermano Pedro. No he leído Las armas y las letras, pero tampoco pienso: dicen que es el libro de un pedante, sin una sola nota al pie y a vueltas con "la tercera España". Ya me conozco a esos paniaguados como Madariaga. Los que hablan de la tercera España es porque no quieren hablar de la suya, o sea, la franquista. Habrá sido del Pce, pero de ese crédito no le queda nada.
En este post he querido mostrar además otros párrafos más en los que podemos ver "las tramas" de la novela, así en este que sigue tenemos una muestra sobre el debate que supone el tema de la memoria histórica:
[...] ¿Le pediremos cuentas? Habría que pedírselas a miles de personas. Así que mejor pedirle silencio. El error es de los que han creído que el silencio es el olvido. No. Al contrario, algunas cosas se recuerdan mejor sin tanto ruido. Si la ley de la memoria histórica que se está debatiendo busca honrar y recordar las víctimas de una manera indiscriminada, sólo porque perdieron la guerra o padecieron el exilio, será una ley injusta.
Relacionado con la "actualidad" (Recordar que la novela tiene dos años) y con la problemática judicial he rescatado el siguiente párrafo:
El argumento de la misma nos cuenta como José Pestaña, historiador y profesor universitario en Canarias decide volver a su León natal para seguir ejerciendo su profesión de docente en sus últimos años antes de jubilarse. Pestaña, de tendencia republicana y miembro de una agrupación de la memoria histórica, pertenece en cambio a una familia más cercana a las ideas del bando nacional, no en vano su padre, con el que mantiene una relación complicada, es falangista, lo que le ha traído no pocas discusiones a lo largo de su vida. Un buen día paseando por León se encuentra con su padre cuando de repente se les acerca un viejete que acusa al padre de Pestaña de ser uno de los asesinos de su padre durante la guerra civil. A partir de ese momento al historiador se le plantean dudas emocionales y podríamos decir existenciales entre lo que supone saber lo que pudo ser su padre y el hecho mismo del parentesco, o sea su deber como hijo.
La novela, que como digo, comienza más con el planteamiento familiar (que nunca abandona) poco a poco pasa a convertirse en una historia que nos habla de la ley de la memoria histórica, tanto para bien como para mal, y también de las disputas y envidias dentro del departamento de Historia Contemporánea de la Universidad de León, donde cuatro de sus profesores, entre ellos Pestaña, todos miembros del colectivo reivindicativo, sacarán a relucir sus problemas internos, sus relaciones, sus diferencias por sus carreras académicas, sus logros y frustraciones...
Como reflexión general de la novela podemos extraer el que para hacer justicia hay que desentrañar todos los hechos, pero que al hacerlo se provocan otros daños y puesto que el objetivo no puede ser juzgar (o sí) a los victimarios, en muchos casos ya fallecidos, este debe ser saber y después pasar página, pero ¿se puede lograr eso una vez conocida toda la verdad?
La novela es de bastante fácil lectura, entre otras razones por su estructura, compuesta por multitud de "capítulos", si es que así se les puede llamar, en ocasiones de una página o menos, que incita a seguir leyendo "un poquito más". Todos ellos se encuentran narrados en primera persona, pero desde distintas voces y sin explicar directamente quién es quien está hablando, aunque se deduce inmediatamente.
En el libro se habla del propio libro, es decir, el protagonista, Pepe Pestaña, ha escrito una novela sobre la guerra civil titulada "Ayer no más" o sea el mismo título de la nuestra, y que cuenta con la misma portada que nosotros podemos ver. En la novela, además, se citan artículos y reportajes aparecidos de verdad en los medios, así como a sus autores, entre ellos al propio Trapiello como se puede leer en este párrafo:
[...] Los de El País, a mi modo de ver, como siempre; no se sabe muy bien a qué juegan, una de cal y otra de arena, lo nuestro y lo de Garzón y, para contrarrestar, lo de Savater o lo de alguno más como Trapiello, hace una semana en "Opinión". Es de León, a él no lo conozco, pero conozco a su hermano Pedro. No he leído Las armas y las letras, pero tampoco pienso: dicen que es el libro de un pedante, sin una sola nota al pie y a vueltas con "la tercera España". Ya me conozco a esos paniaguados como Madariaga. Los que hablan de la tercera España es porque no quieren hablar de la suya, o sea, la franquista. Habrá sido del Pce, pero de ese crédito no le queda nada.
En este post he querido mostrar además otros párrafos más en los que podemos ver "las tramas" de la novela, así en este que sigue tenemos una muestra sobre el debate que supone el tema de la memoria histórica:
[...] ¿Le pediremos cuentas? Habría que pedírselas a miles de personas. Así que mejor pedirle silencio. El error es de los que han creído que el silencio es el olvido. No. Al contrario, algunas cosas se recuerdan mejor sin tanto ruido. Si la ley de la memoria histórica que se está debatiendo busca honrar y recordar las víctimas de una manera indiscriminada, sólo porque perdieron la guerra o padecieron el exilio, será una ley injusta.
Relacionado con la "actualidad" (Recordar que la novela tiene dos años) y con la problemática judicial he rescatado el siguiente párrafo:
[...] Pero harán lo posible por obstaculizar el trabajo de Garzón y un trabajo tan serio como el nuestro. ¿Por razones históricas, por razones morales, por razones jurídicas? No. En el caso de Garzón porque la mayor parte de los jueces de los altos tribunales españoles son hijos de la misma clase social dominante que hizo la Guerra Civil en el bando franquista, y hoy mismo más de un juez y de un fiscal estarán temiendo que la acción de su colega saque a la luz la actuación de sus "honorables" padres y abuelos en los tiempos más siniestros del franquismo.
Y en cuanto a la parte más novelística, este otro relacionado con las disputas profesionales dentro del citado departamento de Historia de la Universidad de León:
[...] No iba a permitir el perdón, como tampoco quiere que se exhumen las fosas. Si se le diera la oportunidad de exhumar todas las fosas de España en quince días, diría que no. La venganza a la que ha renunciado Graciano, la quiere ella. Vengarse de su mediocre carrera académica, de ser más ambiciosa que inteligente [...]. De tener que ganar una guerra que no fue la suya, pero que cree haber perdido para inventarse una victoria que no existió ni existirá.
En definitiva, una novela muy interesante con la que aprender mucho e incluso ver diferentes posiciones que no siempre nos hemos planteado sobre el conflicto del que tanto se ha escrito, puesto que es tratada, si no de forma aséptica, sí de una forma bastante tolerante, en la que no solo se aluden a los crímenes y desmanes del bando nacional sino también a los producidos en el bando republicano, que también los hubo.
Y en cuanto a la parte más novelística, este otro relacionado con las disputas profesionales dentro del citado departamento de Historia de la Universidad de León:
[...] No iba a permitir el perdón, como tampoco quiere que se exhumen las fosas. Si se le diera la oportunidad de exhumar todas las fosas de España en quince días, diría que no. La venganza a la que ha renunciado Graciano, la quiere ella. Vengarse de su mediocre carrera académica, de ser más ambiciosa que inteligente [...]. De tener que ganar una guerra que no fue la suya, pero que cree haber perdido para inventarse una victoria que no existió ni existirá.
En definitiva, una novela muy interesante con la que aprender mucho e incluso ver diferentes posiciones que no siempre nos hemos planteado sobre el conflicto del que tanto se ha escrito, puesto que es tratada, si no de forma aséptica, sí de una forma bastante tolerante, en la que no solo se aluden a los crímenes y desmanes del bando nacional sino también a los producidos en el bando republicano, que también los hubo.
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