Por fin domingo, se dijo. La semana había sido ardua, con una cantidad de trabajo ingente, que sin embargo había conseguido terminar, obteniendo los frutos esperados. Para ese día no tenía ningún plan más que holgazanear todo lo que pudiera y más. Tirado en el cómodo sofá de su grandiosa casa frente al calor del fuego de la chimenea se dispuso a realizar un crucigrama. Cuatro horizontal, hijo del tataranieto, seis letras, comienza con "c" y la cuarta es una "z". Chozno se dijo justo en el momento en que sonó el timbre de la puerta. Por supuesto no se iba a mover a sí es que hizo sonar una campanilla, apareciendo de inmediato su ama de llaves, vestida con su impoluto traje color rosa. Irene, que así se llamaba su sirvienta, abrió la puerta y no encontró a nadie frente a ella. Miró hacia abajo y encontró un sobre dorado con un bonito lazo color rojo amapola que no llevaba ni remitente ni destinatario. Sorprendida decidió llevárselo al señor de la casa quién se sorprendió todavía más. Muerto por la curiosidad y a pesar de las recomendaciones que había recibido debido a su alto cargo de no atender a correspondencia sospechosa decidió abrirlo y entonces…. Entonces el sobre no pegó el zambombazo que todos estabais esperando ni la casa se tiñó de negro, el sobre contenía…
viernes, 15 de agosto de 2014
EL SOBRE MISTERIOSO
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