sábado, 21 de febrero de 2015

LA HUMANIDAD Y LA CAMA



     Otro ejercicio del taller de escritura. En este caso no recuerdo bien cuál era el cometido, pero salió algo relacionado con un orador hablando de la humanidad y la cama...  




   -La humanidad se divide entre aquellos que disfrutan metiéndose en la cama por la noche y aquellos a quienes les desasosiega irse a dormir -apuntó en medio de su disertación el famosísimo filósofo italiano Orteguino Gassetti. El personal de la sala en esta ocasión permaneció en silencio. Muy probablemente no habían entendido que había querido decir el ilustre pensador napolitano, a pesar que su castellano era más que correcto. Anteriormente había recibido a partes iguales increpaciones y aplausos mezclados con risas cuando con unos hilarantes argumentos un tanto ¿feministas? había defendido la superioridad de las hembras sobre los machos. Que decir tiene, que fueron las mujeres las que aplaudieron y los hombres los que silbaron, si bien, apenas unos segundos después, tornaron las cosas cuando aclaró que se refería fundamentalmente a las cabras.

   –Citaré a Nietzsche para aquellos que les desasosiegue irse a dormir –continuó el pensador-. Decía mi colega alemán que la idea del suicidio es un gran consuelo, pues ayuda a soportar muchas noches.

   Un estupor se creó en el auditorio, ¿había dicho suicidio? ¿estaba incitando al personal a quitarse la vida?

   -¡Qué vergüenza! -dijo, levantándose, una señora muy bien puesta de unos sesenta años de edad, cogiendo muy cuidadosamente su abrigo de pieles, mientras arrastraba de mala manera el maltrecho pellejo que le quedaba a su marido. –¡Vámonos Marcelino, que este señor es un impresentable!
   -¡Pero Flora! ­­-intentó decir el avergonzado caballero.

   -¡Ni Flora, ni floreros, Marcelino! ¡Nos vamos! -dijo la espinosa señora, mientras sorteaba varios pares de piernas, tratando de salir al pasillo central.

   -Intuyo que Doña Flora y Don Marcelino, no son precisamente una pareja que disfrute metiéndose en la cama -comentó desde el atril el mordaz Gassetti, provocando una considerable carcajada entre el público que pronto olvidó la frase del extraño pensador alemán.

2 comentarios:

  1. Los diálogos se dieron naturalmente, y terminó por cautivarme. Siempre es bueno navegar por la web y descubrir blogueros que tienen algo o, en su defecto, mucho que decir. Somos cada vez menos los que insistimos por blogs literatos, pues el imán que significan las redes sociales y su frescura -vomitiva-, terminan por convencer a masas.

    Buen blog, me cansó menos que otros y éso, junto a las latas de cerveza, es de agradecer.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tus palabras, Paul Eric. Es siempre de agradecer que a alguien le guste lo que uno escribe, y más si viene de otra persona que escribe. Me resulta curioso lo de los diálogos frescos porque algo similar me dijo el director de comunicación de la editorial con la que publiqué mi primera novela sobre ese libro, y es algo que surge y no sé muy bien cómo. Un saludo.

      Eliminar